jueves, junio 28, 2007

HISTORIA Y REVOLUCION

Poema

Historia y revolución,
germen de la conciencia
y demases cercos,
que descansan en la rabia,
y eyaculan la piedras impotentes,
rebotantes del silencio fáctico,
que sonríe en la tierra lagrimeada
y asqueada,
con los granizos de la mafia,
que se llenan los bolsillos en las aulas de política.


Historia y revolución
son realidad huyente de los libros,
junto al giro imperante de las gaviotas
que cantaban libertad y anticipo de alegrías,
en los sucios aires de las violentas botas
amigas de la muerte y la tortura.


Historia y revolución,
son el presente vestidos de pinguinos,
de morrales rojinegros o pancartas descontentas,
sudantes en la calles alcoholizadas de gritos irritados,
que reclaman a cual cantinero gobernante dé la cara,
en la nebulosa negligencia
de la deuda histórica con el eslabón maltratado
y azotado,
por los negocios engendrados
en la simbiosis del tirano poder y la bazofia política
amparadas en tan bello pero retocado concepto

de nombre democracia.


lunes, junio 25, 2007

AMILOLOS SEPARADOS

Poema

Y si en las sobras de la calle,
la pared cubierta de inocencia
afirma a esa delincuente,
que a pesar del tiempo y la distancia,
me sigue con el otoño de su rostro acaramelado
en el inconciente aniquilado por el sueño
de la noche perdida entre sus pechos;
y que me quita las ganas
de poder ser fiel a la ignorante sustituta,
colgante de las páginas perversas
por el caos circundante en mis sienes.


domingo, junio 10, 2007

LLANTOS DE FUEGO

Poema


La noche fue tribuna
del cierre melódico de los cantos
que atacaron la fiesta de cenizas
lloriquenates de una casa.


Las cuatro perlas,
hijas del anillo enamorado,
urdían la inocencia de sus muertes;
cuando sus dueños, los amantes,
se ahogaban en las aguas de la impotencia.


Los soles duermen,
mientras el aire intoxicado
circunda las pasiones de las paredes
extintas en el ocaso.


Arde el silencio,
también las voces de unos niños,
dibujados por el fuego caminante
que intrusea los pasillos,
calcina las sonrisas,
e incendia los recuerdos dolorosos
de las cuatro sombras infantes,
que dijeron adiós
a los relojes que amanecían.


Se derraman luego los llantos,
carbonizados en los nichos de refugio
eterno en los respiros de las quejas,
que en la ilegalidad de la vida
estarán por las tardes jugando
a ser ángeles protectores.


En tanto, los amantes,
enemigos de la memoria,
consumen la ambivalencia
furibunda del futuro,
que decide separarlos
para que naden en libertad
sus mentes aterrorizadas.


Hoy es el sollozo
y no el recuerdo
el hijo único
de sus indiferentes almas.




viernes, junio 01, 2007

UN PAR DE GOLES Y EL ÚLTIMO SORBO


Se ha escondido el gris en los techos, mientras piernas desesperadas se insertan en la hipnosis de una pasión alternativa. Corren los corazones varoniles, bajo el umbral de unos gritos a la espera. Está ya la mesa instalada, cervezas desnudas y dispuestas al erotismo de los sorbos, a mugir por entre paredes de mentes drogadas por un simple baloncito entre medias esbeltas y entrenadas.

Comienza la función, y los vasos protestan a la soledad del vacío. Lloran en los contornos la ansiedad de ser útiles, de cubrir con el éxtasis los espacios transparentes que aún siguen atentos a la pantalla de colores. Comienzan también los cánticos, y el ebrio del sufrimiento cotidiano lidera la marcha del aguante, de aliento innecesario pero inexplicablemente justificado. Las banderistas blancas son la prosa de los cristales ahora sin lugar disponible, al tiempo que flamean las sonrisas de ojos alcoholizados con algunos “oles” que se caen de unos parlantes escondidos de esta imaginada realidad.

Y yo soy parte de lo extraño. Seré libertad y autonomía, describiendo el alcor de cabezas encarceladas, por 90 minutos, en sueños colectivos.

Tengo al poder sobre mi cabeza, exponiendo las imágenes del rebaño adinerado jugando al espectáculo, con pupilas incontables subyugadas al jueguito de los goles. Se mezclan las alabanzas junto a las cenizas de los aires ensuciados, mientras se pelean con insultos los almanaques de la sociedad deportiva. Entre tanto, la multitud grita un gol, y son malandrinas orgásmicas en el acto mismo del sexo futbolístico.

Saltan las copas, y se pisotean los recuerdos ingratos, las tristezas mujeriegas, y las angustias venideras. Y la cerveza, que en los cuerpos sigue caminado, se enamora de la adicción a este humillante bar, que nos mantiene en la oscuridad escénica de las caricias inventadas, pero caricias al fin.

Y digo soy parte de lo extraño, porque solo yo escucho el ruidoso silencio que se llena de fe en los gritos iracundos de unos borrachos dormidos en los tentáculos de la farra. Soy yo quien camina por los llantos sumergidos en sonrisas teatrales, mientras el vulgo eyacula las emociones de imaginarios sociales.

Yo no despierto, ni tampoco vivo, pues la pantalla se ha apagado, mi casa nocturna ha cerrado, y el pueblo, desaparecido de este parque, estará regalando amor a sus gaviotas sometidas al pacto fantasioso del te quiero forzado.

En tanto, yo sigo besando una ventana antisociable, en la rareza del ambiente vacío. Dios se ha dormido, solo el recuerdo fotográfico y el vaso de la tarde me conversan la agonía que en minutos más consumiré. Solo que antes, la botella morirá también, plasmada en este último sorbo de vida que daré en este inmundo prado de licor.