jueves, agosto 20, 2009

MAPOCHO



Corre transeúnte,

corre, que la tarjeta no espera demoras,

y yace despierta a las 8:30

atenta a tu despido,


acelera el paso,

que el inodoro urbano bajo tus pies

no es más que un pasaje hacia la basura,

una tribuna de la muerte,

donde juegan los niños con filosos metales

a ser dueños del mundo,

el mundo hundido en una ribera

que cruza nuestras conciencias,

que atraviesa todas nuestras arterias,


apura el tranco, transeúnte,

no te detengas a llorar como los humanos,

que a ninguno de nosotros

nos interesa los versos de allá abajo,

porque la vida es corta,

y no hay tiempo para ser hombre

ni revolucionario,


acelera los pies, transeúnte,

que el sol no tiene piedad con nuestras corbatas,

y el calor nos insulta quemándonos la humildad

que aprendimos cuando niños,

si es que alguna vez la aprendimos,


no te detengas a mirar el baile de las zapatillas ahogadas,

no agregues con tu lágrima

más gotas que inunden esta magna ciudad

con esa fluente marginal, grafitera dueña de las danzas

que los infecciosos mocosos

hacen para decir que siguen vivos,

y que habitan junto a nuestras camas,


no pienses que ellos son la muerte,

porque la muerte se vendrá un par de cuadras más lejos,

si te empecinas en quedarte ahí,

mirando como samaritano

tratando de ganarse a Cristo,


olvida los niños, y apura el tranco, transeúnte,

¿que acaso no ves que nos estás entorpeciendo el paso?.