domingo, julio 07, 2013

EL ASALTO



Ahora que desperté bajo el puente,
frío y adolorido,
con amigos celosos, sucios y hostiles,
ahora que no tengo más que una cuerda a la mano
para orientar mi destino
y salir de este nido ácido y putrefacto,
donde no puedo evitar mojarme los pies,
ahora que se llevaron la noche anterior
junto al último vodka que escupí 
en la Avenida Santa María,
ahora que no tengo identidad, ni serenidad,
ni consuelos ni orientación,
ahora que no tengo libertad, 
ni mucho menos billetera,
ahora que no sé qué diablos hago aquí,
en la profundidad de un planeta mal cuidado e infeccioso,
con los ángeles poco amistosos
de San Alberto Hurtado,
ahora que no sé porqué 
no traigo puestos mis zapatos, 
ni mis relojes,
ahora, que no sé porqué escribo
en vez de pedir ayuda,
ahora, es cuando miro al cielo esperando una señal,
reconociendo que no he sido un buen cristiano,
resignándome a rezar
para que Dios no sea aquel niño sobre el puente,
que aprovechando la soledad de un domingo en la mañana,
se rinde ante el apremio de su vejiga
justo donde yace mi cara,
inmóvil, 
tratando inútilmente de escapar.

miércoles, julio 03, 2013

MOLOTOV



Se me cae el sudario, la botella con fuego,
los pensamientos, el calendario,
se me caen al suelo los recuerdos,
los ecos de una multitud que huye
hacia donde aun queda aire virgen,
pues nos reprimieron hasta la libertad de respirar,
se me caen los ojos y las manos,
la mochila, los colores,
se me cae la carne con el cuerpo hacia el pavimento,
se me caen los momentos,
la sangre en el piso,
se cae mi nombre
al no ver la pierna del oficial
que me tendió una trampa.