jueves, abril 16, 2015

KARKINOMA



Se fueron cayendo uno a uno,
tan miles y tan negros
como piso de peluquería,
se fueron perdiendo como angelitos esteparios
abandonando al cristiano
al final del túnel,
no hubo más que hacer,
mi cabeza fue un planeta sin vegetación,
la peineta se guardó
con el llanto bajo el colchón.

Nunca me sentí tan interesante,
nunca tantas mujeres
se giraron a verme tan seguido,
quise abrirme al mundo
y el mundo me terminó abriendo la cabeza,
ya comienzo a contar el descuento de esta historia
que muy pronto aseguró su final.

Al la larga no somos más que carne y hueso,
luego un recuerdo, luego un olvido.

Vivimos todos en un mundo estéril,
porque siempre hemos querido ser estériles,
yo quiero vivir y no puedo,
otros pueden vivir y no quieren,
yo lucho en una fría sala de hospital,
otros se rinden sobre el último piso de un edificio,
vivimos en un mundo estéril,
porque siempre quisimos ser estériles.

Caen todos y en distinto lugar,
los ojos, la conciencia, el amor,
perdimos todo
cuando tuvimos todo,
y cuando tuvimos nada,
nos acordamos de respirar,
algunos por cuenta propia,
otros entubados,
como desde donde yo comienzo a cerrar los ojos,
ya no hay más que hacer,
ya no hay más que decir,
ya no hay más que pensar,
volveré a ser libre,
desde otro lugar.