jueves, febrero 11, 2016

ESTADO DE ALERTA



Aquí termina y comienza el día,
palpitan las manos,
suda la razón;
aquí comienza la locura,
el verbo que estremece,
el cuerpo como estatua;
aquí me tiemblan las piernas,
se me acaba la voz,
se me caen los versos,
aquí se me accidenta el control,
el dolor de barriga,
soy un muerto respirando.

Aquí recuerdo que el alzheimer
es la unción de los ancianos,
y la memoria, el castigo de los enfermos,
aquí no sé si el sur está en el norte,
o el norte en el oeste,
no sé si soy parte de un mito,
o de una realidad cuestionable,
plausible.

Los colores bailan y se entrecruzan,
la revolución nunca fue tan real,
atrás todos gritan,
en los autos,
en sus vidas,
todos reclaman,
mientras yo no puedo siquiera
levantar las manos al volante,
mi cerebro en estado antártico,
me congeló la voluntad.

Pero no miro para atrás,
no porque no quiera,
sino sencillamente no puedo.

Soy un libro en este estado vegetal,
el taco, a mi espalda, desespera,
las bocinas desesperan,
la mujer saliendo del gimnasio, desespera,
dos minutos pueden ser 100 años,
y yo llevo seis sin poder moverme,
la barbie vestida de sport
que deja el palacio del sudor
es mi ex mujer
y se ha ido de la mano con otro.


sábado, enero 16, 2016

FUGADO



No abras la puerta,
que la desgracia la escribí
con la almohada de mi bisabuelo.

No abras la puerta,
que no quedarán toallas
para secar tanto llanto
y tanta sangre,

no abras la puerta,
que la vida se nos termina
en la tina,
con los ojos flotando,
con la prensa afuera grabando,
con mi cuerpo escapando.

Madre ¡que no abras la puerta!
que para eso escribí esta carta.

El aguacero siempre viene con la carne muerta,
que al final guardamos
bajo tierra.

No abras la puerta,
que he cometido infamia,
Dios no estuvo para sanarme,
menos estará para salvarme;
que mis hijos me perdonen,
que mi mujer lo sufra,
solo yo merezco vivir.


Del perdón, es el reino de los suelos.

jueves, abril 16, 2015

KARKINOMA



Se fueron cayendo uno a uno,
tan miles y tan negros
como piso de peluquería,
se fueron perdiendo como angelitos esteparios
abandonando al cristiano
al final del túnel,
no hubo más que hacer,
mi cabeza fue un planeta sin vegetación,
la peineta se guardó
con el llanto bajo el colchón.

Nunca me sentí tan interesante,
nunca tantas mujeres
se giraron a verme tan seguido,
quise abrirme al mundo
y el mundo me terminó abriendo la cabeza,
ya comienzo a contar el descuento de esta historia
que muy pronto aseguró su final.

Al la larga no somos más que carne y hueso,
luego un recuerdo, luego un olvido.

Vivimos todos en un mundo estéril,
porque siempre hemos querido ser estériles,
yo quiero vivir y no puedo,
otros pueden vivir y no quieren,
yo lucho en una fría sala de hospital,
otros se rinden sobre el último piso de un edificio,
vivimos en un mundo estéril,
porque siempre quisimos ser estériles.

Caen todos y en distinto lugar,
los ojos, la conciencia, el amor,
perdimos todo
cuando tuvimos todo,
y cuando tuvimos nada,
nos acordamos de respirar,
algunos por cuenta propia,
otros entubados,
como desde donde yo comienzo a cerrar los ojos,
ya no hay más que hacer,
ya no hay más que decir,
ya no hay más que pensar,
volveré a ser libre,
desde otro lugar.