viernes, marzo 16, 2007

MASIEL III

Poema (Tercera parte)



XX
Así,
tu sombra indigna observó,
el cantar de una voz gemebunda,
con el regadío insensible de una noche,
con un poema germinando de la elipsis.


XXI
Hay manos huérfanas, aire quebradizo,
sinfonías improvisadas en los vientos,
cercados intelectuales despoblados,
y recuerdos en la tempestad cerebral.


XXII
Abrazaste la indiferencia,
arando dolores en mi pecho,
secando el silbido de tus labios,
mojando tu placer ingrato.


XXIII
Y resulta en las visiones,
que Cristo es el infiel,
María la prostituta,
el cielo no es parque,
un oasis el infierno.


XXIV
Y tu lago que en mis manos,
huyó en la cascada de tu olvido,
mojando los huertos de llantos en mis ventanas.


XXV
Tiemblo en el miedo,
por la calvicie de tu amor,
con la muerte entre mis dedos,
y el silencio en las gaviotas.


XXVI
Hay sangre en las algas de mi pecho,
brotando en la mesa de la nada,
follando estas letras de heroína,
eyaculando con un solo en mi oído.


XXVII
Y el silencio que no calla,
habla de recuerdos,
drogando los sosiegos de mi cuerpo,
botado en el coraje de un pasado.


XXVIII
Mas te vi en un susurro ajeno,
mugiendo el llanto en un asalto extranjero,
vaciando los instintos en un otro,
con eclipses de soles veraniegos.


XXIX
Y sonrientes yaces,
descansando en su sudor,
dejando a mis ojos como el otoño.


XXX
En el frío de esta mesa,
continúan las visiones,
forjando melodías,
tristes en la cama.


XXXI
Y la historia se termina.
De la mano sigues con el otro,
con tu olvido caminando en las sombras,
marchitando el gozo de mi vida,
en un día sin luz de belleza,
en una noche lúgubre de tinieblas.


XXXII
Mientras yo,
jugando a ser persona,
me interno en otro cuerpo
de una futura mente destrozada,
y así descuido las tibiezas
que aún en estos días,
Masiel provoca en mi rebaño.

martes, marzo 13, 2007

MASIEL II

Poema (Segunda parte)

VII
Rumorosa en tu placer,
un aliento de gemido sollozaste,
brotando humos en las caderas,
excitando vientos en los pubis.


VIII
Y en la sencillez humilde de tus senos,
descansó esa física vergüenza,
superficial en mi mente,
inquieta y revoloteante en la tuya.


IX
Mientras, la brisa enfriaba
la idea conservadora de no poseerte,
y la piedra de tu furia,
enervó aquel término de mi montaje.


X
Mas en la provincia de mi cuerpo,
profiriendo esas delicias nos quedamos,
mugiendo los vientres en el roce,
indagando nuestros sexos en el clímax.


XI
Y así,
en la rivera de nuestros futuros,
de la mano lo enfrentamos,
juntando sonrisas,
cantando en los besos.


XII
Y tú,
que a mitad del viaje,
el ascensor detuviste,
vaciando esos frascos,
durmiendo en la camilla.


XIII
Dócil y bella, sutil y espontánea,
circundabas la inconciencia,
con delantales blancos en vigilia,
con ser víctima a la espera.


XIV
Ingrata, suicida,
la dosis de la muerte,
con las paredes del refugio
mirando en la impotencia.


XV
Y mis ojos subyugados,
al cantar de tu desgracia,
anuló la soberbia,
expulsó la ternura.


XVI
Te quise
luego en la penumbra nuestra del silencio,
con abrazos distanciados, llamadas restringidas,
con versos golpeando el útero.


XVII
Y el camino se alargó,
al costado de nuestros pasos,
suspirabas más despacio,
mirabas otros rostros.


XVIII
Pediste una templanza,
bajándote del vagón,
con la lluvia golpeando las cabezas,
y las sonrisas escondidas.


XIX
Tierno en la almohada,
le robé al tiempo tu imagen,
gimiendo una tristeza,
pensándote en la soledad de mis ojos.

domingo, marzo 11, 2007

MASIEL I

Poema (Primera parte)


I
En la comarca de mi asombro,
te tuve reposando,
jugando a ser pareja,
en la cenizas solitarias de mi cama.



II
Un amor se paseó,
con la primeriza vista a tus cristales,
recogías sonrisas entre compañeros,
sacabas margaritas de mi rostro.



III
Espumosa en mi vertiente,
en sigilo caminaste,
sedujiste mis sudores,
cautivaste mis sienes.



IV
Trepaste en mi árbol de silencio,
en el atardecer perpetuo de mi cuarto,
con lunas excitadas y vacilantes,
encerradas en la libertad de su ambiente.



V
Y en mi puerta de cristal,
entraron de bello improviso,
tu alcor de afligida tierra,
las embozadas personalidades en tu sonrisa,
el clandestino murmullo del 26 de abril,
la trova de alientos en magias,
un par de nubes con mejillas de dudas,
ojos en la convulsión de tus llantos,
y mis levantados hombros,
que en su júbilo se cuestionaban el todo.



VI
Masiel! gritaste en el susurro,
con la voz de un mar en la noche,
en el balbuceo de los fríos golpeándose en la calle,
en la penumbra del cielo oscuro que comenzaba a esconderse.



domingo, marzo 04, 2007

REFUGIO


Me aceptaste como cliente por un año,
dejaste mi cuerpo reposar en tus paredes,
me hiciste animal único de tu rebaño,
y hoy, triste, te dejo cortando nuestras redes.

Supe que te quise espacio mío,
testigo único fuiste de mis llantos,
sanabas con silencio mi hastío,
mientras atento hoy escuchas este canto.

Rosadas están tus cortinas, sucias están tus ventanas,
¿ves?, aún naufragan mis suspiros en tus venas,
se oye aún el ruido de mis campanas,
como permanecen aún en el suelo mis penas.

Refugio de mi esencia: la viste entrar un día,
y de improviso notaste mi alegría,
sentiste el calor que por nuestros cuerpos recorría,
Y el amor que en nuestras cabezas aparecía.

Solidarizaste en mi café de soledad,
tocaste mi espalda en la lluvia de aguas negras,
escuchaste sus ruegos de sola amistad,
antes de que mis mojados ojos se escondieran bajo tierra.

Supiste que la amé sin conciencia,
que le escribí un millar de versos enamorados,
mas mis labios no saben de paciencia,
ni el descontrol de mi deseo por tenerla hoy a mi lado.

Nos viste por las noches dormir juntos,
en las mañanas rebelarnos frente a la rutina,
caminar por las tardes en nuestro mundo,
y hablar de nuestras vidas clandestinas.

Siento desampararte a cualquier suerte,
cuan cretino soy al botarte en la lluvia furiosa,
te abandono, dejando tus paredes inertes
y matando recuerdos de su rostro de rosas.

Adiós te digo en este escrito,
llorando estaré pronto en otro espacio,
olvidando que mi nombre en un rincón tuyo quedó inscrito,
e intentando hacer de mi futura pieza un nuevo palacio…