lunes, mayo 13, 2013

LA NEGRA



La Negra tiene la nariz grande,
grande los pechos y el culo,
grande sus pensamientos
revolcados en el polvo blanco y ardiente,
grande sus ideas
que ríen y lloran
sobre la paciencia de un pavimento
que nunca cierra sus brazos,
ni siquiera con rejas papales.

La Negra tiene un cancionero rojo
sonando en el corazón,
una guitarra quemando silencio,
yo sentencio:
sus piernas desnudas
componen la canción
que ya no puedo olvidar.

La Negra tiene en sus labios
una carta de amor,
que aun no escribe,

yo tengo en mis manos
el manifiesto de la noche anterior
escrito con sudor sobre costillas
y velas agonizantes
que llegando al alba
no pudieron sobrevivir.

Yo no me explico cómo estoy vivo,
si tras cada verso que escribo,
o termino depresivo,
o termino subversivo.

La Negra tiene toda esa literatura rusa en el vientre,
y en la entrepierna unos poemas malditos
escritos con sal, más una revolución veinteañera,
gloriosa y esperanzadora revolución veinteañera,
de la que ruego no sea una cuenta corriente
la que se la termine.

Ruego también que su mini falda
no se caiga fuera de mi cama,
tampoco sus dedos rozando mi espalda
los miércoles por la mañana,
ruego se patenten a mi nombre
su cuerpo y su alma,
gusto recibir aunque sea cada veinte días,
una Paloma posarse sobre mi palma,
esa que vuela,
esa que libera,
esa que abraza.

Escribo, luego pienso;
la veo dormir sobre mi ataúd,
embellece la muerte y reconforta la vida,
la Negra es la versión moderna
de la poesía,
mía y la del pelucón talentoso
adicto a las libélulas,
ella es una libélula volando contra la corriente,
a veces presente, a veces ausente,
a veces consciente de mis credos
pidiendo auxilio,
de las manos en el cielo
rescatando consignas que al final del día,
vuelven a naufragar
en la mente de los que nos obligan
a estar de rodillas,
hemos ofrecido tantas mejillas
en vano,
será más tarde que temprano,
que dejemos de ser gitanos
antes que parroquianos.

Hay una paloma volando sobre mi cabeza,
yo me quito la vida
sobre su fotografía,
mientras me tomo otra cerveza,
pensando en nuestra guerrilla de tiernos fantasmas,
que quieren volver a vivir,
con ella,
gritando nuestra primera y última canción
que de habla de amor,
y de revolución.

No hay comentarios.: