lunes, octubre 08, 2007

LA CONOCÍ EN AÑO NUEVO

Poema


A medianoche,
cuando llegan mis heridas al distrito de las copas
ensalzadas con brindis de ebrios y cristianos;
a medianoche,
cuando duerme el catre del pasado,
[ese escupido en el acoso enardecido
de un solitario minutero],
apareces colgada de mi muerte,
con tu vientre movedizo en las tonadas
de mis ojos,
bailando abrazos de nueva vida,
bajo la cancioncita cursi del honor y la patria,


Era el año que estaba de cumpleaños.


A medianoche,
naciste cómplice de mi voyeurismo,
cuando colgada de tu falda
contemplabas coqueta la huida
escalabroza del tiempo.


¿Qué le dio a la vida, qué le dio a ese año
para hacerme caer en tus pasillos?


Te buscan las cabezas embriagadas
para azotar tus piernas en la pista,
mientras soy desconocido en esta selva
de extraños animales,
quienes me asedian,
me buscan, para no sentirme ajeno
inyectándome dosis de confianza
encubierta bajo las tasas
atestadas de licores mal amigos del recuerdo,
el mismo disipado en tu silueta
acalorada en los agites de la festiva orquesta
de año nuevo.


Uno, dos, tres, cuatro,
cuántos versos en mi mente caminaron esa noche,
cuántos versos me abaten estos días,
versos esparcidos en los eternos pasos que distancian nuestras cuerpos,
versos que vagabundean por tus letras que me hablan de recuerdo,
y versos desvalidos sobre la tumba de la boda,
aquella muerta el día de tus dedos
tecleando el candado de esta historia,
justo en medianoche,
cuando se cumplía un año del cumpleaños de este año.


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