domingo, noviembre 18, 2007

PERIODISTA ESTUDIANDO DERECHO



Tengo la ambición de enviar al derecho hacia una fosa,
de hacerlo torturar en la oscuridad de mi bolso,
orinarlo,
y por qué no matarlo esta noche, y para siempre,
pues poco sé yo de memoria, ni menos de tecnicismos,
sólo sé del café que en la puerta de la madrugada
no deja de animarme los ojos,
hasta que mi cabeza logre recitar la hermandad de “acciones
típicas, antijurídicas y culpables”,
y así poder triunfar rellenando hasta en las esquinas
los cuadernillos con letras jurídicamente correctas.


Y es que no quiero yo ser parte de capítulos muertos,
ni menos tener que ensuciar mis rodillas
rogándole piedad a los incisos,
porque mi arte no corresponde estar escrito
en artículos,
ni mis ojos deben estar memorizando el delito,
porque me da asco,
porque el olor de las leyes me hacen vomitar el sueño
que sigo teniendo en esta tormentosa noche,
oh! maldita noche,
por eso quiero suprimirle el dolor a mi intelecto
y olvidarme del libro que más de 100 veces
se ha reído por la tarde de mi torpeza.


Entonces, ganas tengo de esconder entre mis carpetas
estas hojas, y que de ahí no salgan por un buen tiempo,
o solo al menos hasta que termine el estallo de mis sienes,
que furiosas están con aquel hombre que en cualquier corte
de ética no sabe,
pero que se enjuaga la boca en nuestras aulas
hablando de lo gaznápiros que somos quienes llevamos el micrófono,
de quienes juntamos las ligas que botan en el uso de sus fardos a fin de mes,
porque nosotros no tenemos fardos, ni autos caros,
porque nuestra profesión de mentirosos, al igual que ellos,
no nos deja sonrisas al ver la incomparable cantidad de ceros
que reciben tras cada blasfemia dicha,
entonces y por todo esto,
pido para mi descanso un recurso de amparo,
que ya no estudio más hasta el examen,
y ojalá que el señor abogado dueño de mi clase
entienda de mi liberta de conciencia que me hace inimputable,
y logre declararme inocente de su ramo,
porque mientras el sol aparece y el café ya se ha terminado,
yo no tengo legítima defensa que permita
tenerme despierto leyendo este puto derecho
que me tiene hasta este día
desesperadamente colapsado.



1 comentario:

Anónimo dijo...

mmmmmmmmmmmmmmmm, no.