miércoles, julio 23, 2008

DE LA UNICEF



“…Siete niños en el mundo
necesitan de tu amor
y también una cuchara
con maicena pa' crecer.
Pues son siete los que buscan
otra mama que chupar
y no encuentran sino el vino
en el vaso del papá..”.


(Con datos de la UNICEF – Schwenke y Nilo)


El techo tiembla todo el día,
y hoy no hay lugar en la vida
porque la tarde no existe,
tampoco la tristeza,
pues de tanto luchar con las sienes
de seguro el tarro, amigo de los vientres,
huirá entre la desgracia de ese túnel
que insiste en amigarse de la soledad
y el desamparo,
también de este ángel fumador
y delincuente,
que tiende a mostrar sus poco años
para orinarse a los juristas que dicen saber de remedios
para limpiar su sarna de ser niño sin ley,
esclavo invicto de los dueños de la tierra,
que nos convencen de que es mejor seguir trabajando
por nuestros cuerpos,
que pararse a pensar como lo débiles.



Por eso es que hoy lloro porque la tierra es seca,
y así trabajo en humedecerla,
aprovechando la rebeldía pupilar de mi pecho,



y maldigo a todo los nuestros,
a los ebrios políticos
que juegan con sus bocas
a encontrar el mejor tono
para decir que la lluvia es dulce,
mientras el pan yace muerto
muy lejos del puente con forma de mediagua,
retocada con ruidos de alteradas llantas
peleándose por escapar de la agonía del mundo,
y que hacen temblar el techo todo el día,
hacen temblar el techo toda la noche,
en la oscuridad de un paraíso con flores de espinas,
serpientes en los cuellos,
muerte en los ojos.



Y si el cielo sigue diciendo que es mejor cerrar las ventanas,
habrá que saber escavar sobre la muerte
para dejar pasar el tiempo,
y ver si aparece algún otro Hurtado
que no hable sólo de asistencialismo,
sino también de un poquito de cultivo
para aprender a pedir lo que te han quitado
sólo por desconocer que las duchas también existen,
sólo por no saber que el agua no sólo sirve para beberla,



y si los grandes me insisten en dejarte descansar,
entonces me hartaré de los grandes,
y caminaré llorando hacia cada estrella
pidiendo algún lugar para tu vientre,
donde puedas quedarte a dormir en la dignidad
de pertenecer a esta raza maltratada,
dominada,
porque eres tú el que le da trabajo a estas bazofias,
que luego de matarte mostrarán tus polvorientas mejillas
para decir que el futuro se construye de buenos votos,
de pancartas más grandes que todos los sueños de tu vida,



entonces se me repite la imagen de varios tuyos,
a veces llorando,
a veces robando,
caminar junto al silencio de la vida
que para ustedes es muda,
y que ni el viento ni la noche
parecen gustar como alimento en las azotadas cabezas,
que se ven muertas cuando la tarde se esconde,
que se ven triste mordiendo los oídos sordos,
que se ven llorando
cuando ven partir la única esperanza escrita de sus cuerpos,
estas letras que callan para dar paso al edificio magno
que seguirá quebrando la tierra por ustedes,
la Unicef.


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