sábado, febrero 24, 2007

ÁNGEL HUYENTE

Microcuento



Una vez un ángel,
deambulando por represas de apremios,
se cruzó en mi camino,
tomó de mi mano,
invitándome a bailar su melodía.


Primero fue su rostro,
luego su silueta,
a cada compás de ruidos melódicos,
movía algún rincón de su cuerpo.


Le pregunté qué hacía,
“Me dedico a llorar”, dijo.


Quedé quieto,
inmóvil,
y quise huir,
como cuál paloma corre tras el viento.
ansié esfumarme,
como las perdidas huellas de la arena,
que solo en el recuerdo del mar vigilante,
quedan impregnadas.


Pero la acompañé.
y testigo fui de sus caricias,
de sus labios jugando en mi boca,
reflejado en el brillos de mis ojos,
con un te quiero natural brotando de su ser.


No obstante,
se me ha perdido hoy la mujer,
la musa hija de mis besos,
quien parece estar mojando sus mejillas,
en hombro de otro,
ejerciendo su depresivo oficio…



1 comentario:

Anónimo dijo...

Como todos súper lindo, claro que tiene algo especial, algo que entiendo!!!! .... algo de tus sentimientos....
Te felicito.
Besitos mil