viernes, mayo 02, 2008

VOY A CONTARTE


Te cuento algo;
se me van acabando las letras
pero el mundo sigue diciéndome cada día
nuevas cosas,
y como tú no las sabes,
en estas estrofas te las diré cantando sobre la brisa que me regala el ventanal
de tu pequeña casa
sumergida entre esos fríos pabellones que te albergan.


Te contaré por ejemplo que China sigue siendo roja,
que Fidel tuvo que dejar el cargo solo un año después de que te fuiste,
que nos sigue gobernando esa simpática muchacha de la RDA,
que Chile sigue teniendo los mismos colores,
continúa siendo lo más largo y angosto del mundo
y que seguimos teniendo el segundo mejor himno de la tierra.


Te cuento más,
mi cuerpo es un esqueleto embalsamado de frustraciones,
que a veces recuerda tu apodo caminando entre las paredes
que te vieron dormida quizás cuántas horas
en el momento en que volteamos y agitamos el planeta
para ver si por entre la baba de las cabezas
aparecías estirando los brazos
a todos quienes nos comimos la rabia de verte sobre las nubes,
volando hacia quién sabe dónde estrella
en la que aún te escondes.


Te cuento que tus padres de vez en cuando
intentan inútilmente no mojar la tierra
cada vez que deciden recordarte levantando ese cartón
que te hizo independizar esa cartera de gamuza
que tanto gustabas y que hoy volvió, nuevamente,
llena de liturgia a las manos de tus padres.


Te cuento que tu abuelo se entusiasmó con tu aventura,
y de lo terco que sabemos aguantó apenas un años
y se fue avisando que iría buscarte en las cavernas celestes
de donde hoy me mira trazando cada una de las letras de este escrito.
Te cuento, de paso, que estoy escribiendo aquí el mejor poema de mi vida,
por más que lleguen los intelectuales a decirme que a los versos
le hacen falta un par de imágenes,
como las de Neruda o la Pizarnik,
porque hoy yo decido a los buenos poetas,
y por este día seré uno de ellos.


Casi olvido contarte que justamente también escribo,
comencé apenas unos meses después de que te despedimos
tragándonos esa lluvia amarga que a todos nos hizo mojarnos,
no sé si con el temporal o con los llantos,
te cuento triste además que ya no sigo con esa bella musa
que viajó más de 200 kilómetros para acompañarme a despedirte,
la razón de aquello es tema de otro escrito,
mas, casi al final ya de estas líneas,
quiero expresarte que jamás pensé que podría terminar aquí,
sentado bajo los grados muertos y esta hoja que a ratos se humedece,
escribiendo solo en un par de minutos
todos estos versos que rebotan mientras los recito
fuera de la ventana que muestra tu foto,
diciendo en la leyenda que ahí duerme una princesa,
la princesa de 25 que un día guardó la guitarra
para descomponer a la vida,
en un sueño infinito que hasta este día sigue caminando.


1 comentario:

Anónimo dijo...
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